Cali
Guardianes del medio ambiente defienden el verde de su ciudad
Redacción de El País
Ramón Mosquera ha sido el pionero de la conservación ambiental en el barrio Calima. Su sentido de pertenencia y espíritu verde contagió a muchos vecinos.
Julio Sánchez / El País |
| En las diferentes comunas existen líderes que trabajan por la recuperación de parques y ríos.
Ellos se han convertido en los defensores del medio ambiente. Armados con escobas, baldes y herramientas de jardinería se han unido para devolverle a Cali el verde esperanza.
La consciencia ecológica ha contagiado gratamente a los caleños que sienten que el respeto por la naturaleza hace parte del civismo que la ciudad clama.
En las diferentes comunas de la capital vallecaucana, se han ido conformando grupos de personas que trabajan por la recuperación de las zonas comunes y las pequeñas reservas naturales que durante años han permanecido descuidadas por las diferentes autoridades.
Líderes comunitarios o ciudadanos del común que no se sentaron a cuestionar la falta de recursos por parte del Municipio o el poco sentido de pertenencia de algunos caleños. Ellos se pusieron manos a la obra y crearon verdaderas mingas en sus barrios.
El País reunió cinco verdaderos ejemplos de comunidades con conciencia ambiental. “Toda la ciudad es nuestra casa, por eso nos hemos unido para cuidarla y respetarla”. Esta es la consigna que practican y si usted se deja contagiar de ese verde esperanza y quiere adoptar alguna zona en la ciudad no dude en comunicarse con el Dagma al teléfono 668 0580 (Ext. 104/105).
Reciclaje y zonas verdes son la clave
Hace cinco años Bertha entendió que los cambios ambientales comienzan en casa. Las bondades del reciclaje las extendió a sus vecinos de la unidad Cañaveralejo, no fue fácil, pero ahora ven los frutos en la reducción de dos millones de pesos en las tarifas de aseo.
Bertha comenzó reciclando en su casa, después organizó a sus vecinos y ahora quiere recuperar las zonas verdes. Con palas, baldes y dinero se su propio bolsillo, habitantes de la Comuna 7 recuperan zonas verdes. El parque central del Barrio Calima dejó de ser un potrero para convertirse en un sitio de esparcimiento para todos. El Lago de la Babilla es una fuente de vida. Los vecinos lideran un proyecto para recuperarlo. Los proyectos ambientales de la comunidad reactivó la naturaleza en el lecho del Río Lili. | | El siguiente paso lo dio con la construcción de una huerta con sembrados de zanahoria y plantas aromáticas. Y ahora la intención es que la conciencia ambiental creada en su conjunto haga réplica en el barrio, en la ciudad. La Junta de Acción Comunal, donde es coordinadora, lleva acabo un proyecto para recuperar las zonas verdes.
Verde, te quiero verde
Cada mes, el Comité Ambiental de la Comuna 7, junto a los presidentes de las diferentes juntas de acción comunal, realizan mingas para devolverle el verde a la ciudad.
Así lo han hecho desde hace tres años y a la fecha han logrado recuperar con sus propias manos 17 zonas comunes.
Aldemar Morales, secretario del Consejo Ambiental de Cali, explica que esta labor desinteresada le ha devuelto este año a los caleños los parques de Puerto Mallarino, Patio Quinto y Cataño (ubicados en el barrio Alfonso López), y ya comenzaron labores ecológicas en el de Las Ceibas.
Un parque para todos
Ramón Mosquera nació, creció y formó su propio hogar en el barrio Calima. Ese sentido de pertenencia que cultivó a lo largo de su vida logró contagiarlo a sus vecinos para gestionar la recuperación del parque central del barrio.
Dice que en sus recuerdos siempre estuvo el sector abandonado y con parches de jóvenes consumiendo vicio, hasta que hace dos años comenzaron las brigadas de limpieza y siembra. El proyecto fue apoyado por la empresa Chiclets Adams y ahora el parque cuenta además con una zona de juegos infantiles, cancha de fútbol y baloncesto para toda la comunidad.
Trabajar por las fuentes hídricas
Gracias a la comunidad, el lago de la Babilla en Ciudad Jardín recobró su belleza. La unión de todos los vecinos, y los $4.000 que cada uno aporta, lograron eliminar las basuras y convertirlo en un sendero para los caminantes.
Pero más allá de la parte estética, Amparo Arana lidera un proyecto que busca la conservación de esta olvidada fuente hídrica. El trabajo ahora apunta a que las autoridades locales aporten los recursos para realizar los estudios necesarios y recuperar su caudal. Una batalla que apenas comienza.
Un hogar para la fauna y la flora
Las basuras y el comercio que invadían el lecho del Río Lili son cosa del pasado. La comunidad inició desde hace cuatro meses un proyecto para recuperar su fauna y flora. Diva Escobar, administradora de una de las unidades conjuntas a esta pequeña reserva natural, explica que desde entonces las ardillas y los guatines han vuelto gracias a las labores ecológicas emprendidas.
El próximo sábado 21 de noviembre, en coordinación con el Dagma, se realizará una jornada de siembra de plantas ornamentales.
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